Una nueva forma para cultivar peces más grandes y alimentar a la creciente población mundial fue el ganador del Premio a la Innovación Kaye 2017.
A medida que el mundo se enfrenta a un aumento proyectado de población de 7,5 millones de personas a 9 mil millones de personas en 2050, la demanda de fuentes sostenibles de alimentos va en aumento.
La respuesta a este inminente dilema puede residir en el campo en expansión de la acuicultura.
Mientras que la pesca ha estado en declive durante los últimos 20 años, la acuicultura o la piscicultura es el sector productor de alimentos que crece más rápido en el mundo y desempeñará un papel cada vez más vital en los recursos alimentarios de nuestro planeta en los próximos años.
Uno de los retos para la acuicultura es que la reproducción, como un esfuerzo intensivo en energía, hace que los peces crezcan más lentamente.
Para resolver este problema, la profesora Berta Levavi-Sivan identificó pequeñas moléculas llamadas Neurokinina B (NKB) y Neurokinina F (NKF) que son secretadas por los cerebros de los peces y juegan un papel crucial en su reproducción.
El Profesor Levavi-Sivan, especialista en acuicultura, desarrolló moléculas que neutralizan el efecto NKB y NKF. Las moléculas inhibieron la reproducción de los peces y, en consecuencia, condujeron a un aumento en las tasas de crecimiento.
Estos inhibidores pueden ahora ser incluidos en la alimentación de los peces para asegurar mejores tasas de crecimiento. Por ejemplo, la tilapia joven alimentada con los inhibidores en su suministro de alimentos durante dos meses ganó un 25% más de peso frente a los peces que no recibieron el suplemento.
Hasta ahora, NKB se ha encontrado en 20 diferentes especies de peces, lo que indica que este descubrimiento podría ser eficaz en una amplia variedad de especies.
A medida que esta industria de la acuicultura obtiene herramientas para prosperar, es probable que aumente el empleo que ofrece. En Europa, la acuicultura representa alrededor del 20% de la producción de pescado y emplea directamente a unas 85.000 personas.
El sector beneficia principalmente a las personas que viven en zonas costeras y rurales, donde los empleos son más necesarios.