Por Daniel Werner*
La agricultura del siglo XXI se enfrenta a una realidad dictada por el crecimiento de la población y con él, la mayor demanda de alimentos, la constante degradación y disminución de los recursos naturales como lo son el agua, el suelo y la energía y no menos importante el efecto del cambio climático.
La agricultura es quizás uno de los procesos más revolucionarios de la historia de la humanidad. La agricultura que hoy conocemos, evoluciono desde la recolección de semillas, raíces y frutos. La ganadería surgió de la evolución de la caza y así la revolución verde con la creación de variedades de trigo de alto rendimiento a mediados del siglo pasado, son algunos de los ejemplos de cómo la humanidad, a lo largo de la historia fue dando soluciones a las necesidades de la civilización. La agricultura cambió la forma de alimentarnos y de vivir.
Actualmente, la agricultura mundial está experimentando rápidos cambios tecnológicos y económicos. Desde el punto de vista tecnológico, se está produciendo una transición hacia una agricultura de precisión que combina sensores innovadores y robótica. Se espera que este desarrollo tecnológico reduzca los riesgos durante el crecimiento de diferentes cultivos y facilite el aumento de los productos agrícolas saludables. Al mismo tiempo, los avances en biotecnología permitirán aumentar el rendimiento de los cultivos y reducir el uso de plaguicidas.
Con la ayuda de la digitalización avanzada, el sector agrícola se está adaptando para competir en un mercado cada vez más sofisticado. El presente, se caracteriza por el uso de sofisticados sensores que producen múltiples datos generados a nivel de finca, parcela o animal. Estos datos son procesados para generar información. En la actualidad, la información es la clave para el manejo eficiente e inteligente que da respuestas y soluciones en tiempos reales.
En este contexto, Israel se posiciona como una importante plataforma innovadora de agro tecnologías. El ecosistema emprendedor de Israel se desarrolló bajo la estrategia de importantes inversiones del estado en programas de incubadoras que respaldaron a la investigación y desarrollo para tecnologías innovadoras. Los fondos de inversión permitieron el desarrollo de las empresas “Start up”. Por un lado, se generaba disponibilidad de capital y, conjuntamente con el desarrollo que estos capitales permitían, se atrajo a inversores locales y extranjeros. Debe señalarse los importantes aportes de la academia como resultado de la calidad de sus instituciones e investigaciones y las inversiones en investigación por parte del sector empresarial.
Por medio de estas políticas se logró generar un ecosistema en el cual se logran canalizar emprendimientos innovadores en diferentes áreas de la industria, que se transformaron en motores para el desarrollo económico israelí y ubican a Israel en el tercer lugar del mundo en referencia al índice de innovación publicado por el Foro Económico Mundial (2017-2018). En Israel existen aproximadamente 450 diferentes empresas dedicadas al agro que en su mayoría dedican importantes fondos para el desarrollo de soluciones innovadoras a la problemática en la producción. La agricultura debe encontrar el camino para producir más con menos. El ecosistema emprendedor que existe en Israel nos permite ver cambios significativos en las áreas relacionadas con la actividad agrícola como por ejemplo las tecnologías digitales en las cuales los sensores y la robótica son las dos áreas principales. Sensores capaces de identificar el estado del suelo en referencia a su humedad, contenido de minerales, etc., que permiten determinar cuando y donde fertirrigar. Sensores que determinan la madurez de los frutos y su momento óptimo de cosecha para reducir desperdicios y alargar la vida de anaquel de los mismos. Nuevos avances en el campo de la inteligencia y visión artificial permiten distinguir entre cultivos y malezas. Uso de drones que pueden diagnosticar enfermedades en sus primeras fases y determinar la población de plagas. En el futuro, los mismos drones serán capaces de pulverizar plaguicidas en lugares precisos para eliminar la enfermedad antes de su expansión y reducir al mínimo la cantidad de agroquímicos a utilizar. La incorporación de productos biológicos fabricados a partir de materias primas agrícolas/biológicas pasaran a ser componentes substanciales de los programas de cultivo. El uso de estos materiales permite dar seguridad a los consumidores en referencia a la salubridad de los productos y la protección del ambiente.
El consumidor exige trazabilidad de los productos en especial en referencia a la información sobre el proceso de producción y no menos importante, la calidad de los alimentos. La insistencia de los consumidores en productos agropecuarios producidos en cadenas de valor de alta transparencia son parte de los desafíos en los cuales la agro tecnología puede contribuir para agilizar los procesos de adaptación a las preferencias personales de los consumidores.
Los procesos de innovación y adopción de modernas agro tecnologías en la agricultura, son resultado de trabajo multidisciplinario en búsqueda de soluciones. En este contexto, inversiones en infraestructuras y tecnologías adaptadas a las nuevas necesidades se transforma en prioridad.
Desde el punto de vista profesional, la oferta de agro tecnologías existentes en el sector nos permite dar soluciones inteligentes a lo largo de toda la cadena de producción. Estas soluciones junto con coherencia en la toma de decisiones y coordinación en la ejecución de políticas que aseguren sustentabilidad económica y ambiental, son sin lugar a dudas nuestra verdadera prioridad.
*Es Ingeniero Agrónomo con una maestría otorgada por la Universidad Hebrea de Jerusalén, Durante su carrera profesional, fue parte del Servicio de Extensión Rural perteneciente al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural de Israel. Actualmente, ocupa el cargo de Director de Proyectos y Misiones Especiales en cuyo marco ha dirigido programas de desarrollo rural como parte de los programas de cooperación internacional del Estado de Israel en diferentes países de América Latina, Asia y África.